miércoles, 2 de abril de 2008

¿Para qué crecer?

Ante todo quiero agradecer a mi gran amigo Xto su grata colaboración en este pequeño proyecto.

Este fin de semana vamos a celebrar el cumpleaños de un amigo que cumple 28 castañas, todo un chaval en la flor de la vida pero “¡Joder que deprisa pasa el tiempo! ¡Las vueltas que da la vida en un año!”. Os habéis planteado lo acelerado que va todo, los cambios tan brutales que sufrimos de la noche a la mañana. Hoy estas aquí y mañana, quien sabe lo que pasará.

Como cada mañana me planteo preguntas como ¿Para qué trabajar? ¿Para qué madrugar? ¿Para qué tantas preocupaciones? Con lo bien que vivía hace 10 años (y mucho antes) cuando cumplí la mayoría de edad.

¿Para qué crecer?

Las preocupaciones y problemas ni se crean ni se destruyen solo se transforman, desde que nacemos hasta que nos vamos al otro barrio (dentro de mucho o al menos eso espero) siempre hay cosas que nos preocupan además, por decirlo, de un modo cíclico. Si por que las preocupaciones de bebe son las mismas que de ancianísimo “Comer, dormir y que te limpien el Cagao”. Así que las preocupaciones que tuvimos algún día volverán con el tiempo.

De bebe es la época más bonita y es con la que yo me quedaría, ahí sí que estas a gusto, te dan todo lo que quieras simplemente con llorar un poco, como auténticos Marajás de Kapurthala. Sobre todo los hombres la añoramos por que quien no firmaría una vida de complacencia y solo tienes que comer, dormir, chupar teta y poco más.

Luego viene la época de ser niño, con tus fantasías, juguetes, cromos, chuches y amigos. El mayor problema puedes ser un berrinche por que se te ha caído una piruleta al suelo cuando la acababas de empezar, que un amigo te ha quitado un cromo “súper-chulo” de Picachu. Pero la parte buena de esta época son los padres, ellos están ahí para ayudarte en todo porque son superpadres pueden cómprate otra chuche, otro paquete de cromos o hacer que te devuelvan la maravillosa estampa del enano amarillo que tira rayos.

Las cosas empiezan a complicarse con la adolescencia. Básicamente esta época es para jugar al futbol con los amigos y hacer el ganso, esperar al fin de semana para irte a la discoteca de moda con la paga que te dan tus padre a ver si conoces una chiquilla que te haga tilín o no, para apagar unos fogonazos que te salen del interior. Que lo consigues bien (ya hay chisme para contar en el instituto toda la semana) que no, no pasa nada, pues no hay fines de semana y fiestas de guardar para intentarlo de nuevo.

Por fin eres universitario y la verdad que casi es mejor esta que la de adolescente tienes todos los pros de adolescente pero más tablas y además casi nunca vas a clase te quedas en la cafetería haciendo el vago…

Luego vienen los momentos en que te vas haciendo mayor sin querer y cuando empiezan las preocupaciones serias, esas que papa y mama (por norma) no pueden comprar como un chicle. Cosas que solo puedes hacer tu y nadie las hará por ti nunca. El primer trabajo ganando 500 €, el duodécimo ganando 1000€, los gastos del coche, el/la novi@ te deja después de X años de relación, la hipoteca…

Si te das cuenta la mayoría de nuestros problemas según envejecemos van relacionados con el sucio dinero, el que dicen que no da la felicidad pero sí que ayuda bastante a conseguirla.

Yo aunque no me arrepiento de nada de lo que he hecho si que cambiaria cosas, mis preocupaciones son unas pocas y a veces prefiero volver a ser pequeño.


El video musical, otra vez en castellano, le toca a Fito. Me equivocaria otra vez




No hay comentarios: